Implica
el estado caótico de todo el restaurante: todas las mesas están llenas y ya hay
espera, un invitado levanta la mano, un niño llora, en la mesa de al lado piden
el menú, el chef "canta" sin parar las ordenes, charolas entran
y salen de la cocina, de la barra salen bebidas, todo el mundo corre…
ahhhhhh!!!! Pero la verdad es que al final del día es bonito, francamente
bonito.